Maruja Recaredo
"Llegas
no a modo de visitación
ni a modo de promesa
ni a modo de fábula
sino
como firme corporeidad, como ardimiento, como inmediatez."
Rafael Cadenas
SIN CORTINAS
"... la realidad ha de mostrarse tal como es, con su propio peso, su fuerza, su misterio, libre de la cortina de ideas que impedía sentirla." Rafael Cadenas
sábado, 11 de agosto de 2012
viernes, 20 de julio de 2012
sábado, 16 de junio de 2012
Última Apuesta (relato)
Ileana Iribarren
Foto: María Teresa Jiménez R. |
En un juego
de azar, usted apuesta una pequeña suma de dinero a un evento poco probable, si
el evento ocurre usted gana una gran suma. La Casa gana poco cuando usted
pierde una vez, pero mucho si pierde muchas veces o cuando muchos como usted lo
hacen. Se arriesga para ganar, aunque casi siempre se pierda. La fortuna de
algunos pocos está fundada en la ruina de muchos.
domingo, 3 de junio de 2012
Perfil del Tiempo (relato)
Raúl J. Jiménez R.
Ilustraciones: Daniel Jiménez L.
Fue uno de esos días en que le daba por preguntarse
qué estaría haciendo si hubiese hecho lo que quería y no lo que debía, o al
menos lo que él creyó que debía hacer. Uno de esos días en que se pierde en su
laberinto y, sin importar qué camino escoja, qué pasado reedite o invente,
nunca encuentra salida. En fin, uno de esos días en que sólo logra deprimirse.
Y no hablo de esas depresiones recidivantes por las que algunas deidades del
celuloide terminarán pegándose un chute que inyectará de tinta kilos de pulpa
que al final sólo vende la farándula, ya quisiera él. Hablo más bien de esas
depresiones crónicas que tienen los que alguna vez quisieron hacer algo,
escribir, dirigir, figurar, y se dan cuenta de que cada día que pasa están más
lejos de hacerlo. Esas que ningún noticioso va a comentar. Que ni siquiera sus
pares, que lo ven como un tipo exitoso, todo un catedrático universitario,
pueden advertir. Por eso sabía, estaba seguro, que lo único que tenía sentido
hacer era emplearse en algo que le ofreciese sentirse productivamente ocupado.
No importaba qué, arreglar el water que aún gotea, ir al supermercado a hacer
la compra de la semana, avanzar en su libro sobre economic behavior que parecía que nunca terminaría. De nada sirvió
su retórica, siguió perdido en su laberinto. El ordenador lo ayuda a camuflar
esos estados de ánimo. Ha aprendido a fingir interés frente a la pantalla de su
portátil con la única excusa de no preocupar a su mujer, afligirla sólo
profundiza su melancolía. Una simple página web es una excusa para disimular su
trastorno, en especial si la cumplimenta con eventuales gestos de interés y
clicks de ratón improvisados; que no deben corresponder a un patrón simple,
reconocible, que podría poner en evidencia lo que hace, es decir: nada. Me
pregunto si otros harán lo mismo, si es un comportamiento común el
entristecerse por malgastar el tiempo en estupideces mientras otros lo
aprovechan y hacen con él lo que siempre quisieron hacer. Fue así,
estableciendo conexiones aleatorias, pinchando aquí y allá, que encontró aquel
reportaje. Nada buscaba, su desánimo no se lo hubiera permitido, pero el ver
aquella imagen que recurría a todos los estándares publicitarios para ilustrar
una fascinante mujer de negocios (incluyendo el fetiche de delicados pies
engastados en zapatos de tacón de aguja con
curvatura de empeine rozando el límite de lo imposible) hizo que
despertara de su hibernación. Se incorporó del respaldo de su silla para
detallar la fotografía y escudriñar más de cerca los pliegues de aquellos
pantalones ajustados (de qué se suponía que eran?, lino?), ajustó sus
multifocales para cubrir con nitidez las 19 pulgadas de la pantalla y, sin
dejar de estudiar el cuerpo de la mujer, leyó flashes del reportaje.
"María Justel, directora general de Intelligent Design Solutions, para
Europa, Oriente Medio y Asia, ha conducido una exitosa reingeniería, aumentando significativamente las ventas y
consolidando una expansión con sedes en EE.UU. y Brasil". La chaqueta del
conjunto (sí, debía de ser lino) estaba desabrochada de par en par y el
profundo escote en U le hacía lucir sus turgentes senos. "...la empresa
que dirige ha desarrollado una novedosa tecnología para predecir...".
Cuántos años habían pasado sin haber tenido una referencia de ella, doce?,
trece? Había aparecido en alguna que otra conversación de sobremesa cuando él
aún estaba en comisión de servicios en la universidad, en discusiones sobre el
reciclamiento de académicos a la empresa, pero en algún momento dejaron de
mencionarla. Usaba el corte a los hombros y, aunque su mirada trasmitía mucha
dulzura, su boca le resultó extraordinariamente carnal.
martes, 22 de mayo de 2012
Cenizas (relato)
Ileana Iribarren
Cuando entré al Juan Sebastián Bar
había muy poca gente. Quizás era temprano y yo, como de costumbre, llegando a
la hora de la cita. Nadie, pero realmente nadie en Caracas, llega a la hora de
la cita. No sé por qué mantengo esa estúpida costumbre y termino siempre
esperando al otro. Pero la verdad es que prefiero estar a tiempo, hacer mi
propio reconocimiento del lugar, conseguir estacionamiento fácil, y pedir mi
copa de vino en solitario. Sólo había unas pocas personas en la barra. Víctor
Cuica tocaba el saxofón y sólo lo acompañaba un percusionista que hacía unos
pocos toques a la batería como quien no quiere la cosa. En vez de mi
acostumbrada copa de vino, pedí un gin tonic.
sábado, 5 de mayo de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Cadenza en RE Menor (relato)
Raúl J. Jiménez R.
Ilustración: Daniel Jiménez Lugo
"Lo que brilla es obra de un
momento:
lo verdaderamente bello no es nunca perdido
para la posteridad" (Goethe)
lo verdaderamente bello no es nunca perdido
para la posteridad" (Goethe)
Salió temprano,
quería haber llegado al camerino antes que el resto de los músicos, evitar el
protocolo tras bastidores, pero el atasco fue tremendo. No sólo lo había
retrasado la enorme cola, estado estacionario al que parecía haber convergido
el tránsito de la ciudad; el operativo desplegado en las inmediaciones del
teatro por la celebración del acto al que asistiría el presidente lo había
detenido en cada uno de sus anillos de seguridad. Incluso le hicieron abrir su
estuche en dos ocasiones. La gota que desbordó el vaso, y que terminó de
desbaratar la serenidad y concentración alcanzada en la habitación del hotel,
fue un guardia que intentó coger il suo cannone para verificar a través de sus efes que nada contenía. Pero, a quién se
le podría ocurrir hacer algo así?, soltar de improviso una Uzi, dejándola
pendular de un costado como si se tratase de una cantimplora, sin ni siquiera
tener el cuidado de alejar el cañón que podría dañar la cubierta con sólo
rozarla, para coger un instrumento como el suyo y zarandearlo e inspeccionarlo
a través de sus calados. No le importó que miembros de la orquesta consintieran
ese trato, perdió la compostura por completo y sin disposición de negociar
cerró el estuche, retirando bruscamente los brazos del guardia de un empellón.
Cualquier desenlace hubiera sido posible si el sargento de guardia no hubiese
intervenido inmediatamente. Se excusó, no sin antes explicarle a su subalterno
que se trataba de El Maestro, y lo acompañó a través de los pasillos del
complejo cultural hasta asegurar su entrada a la sala. Se refugió lo más rápido
que pudo en el camerino que le habían preparado, cerró la puerta e intentó
tranquilizarse. Recordó la aprensión que había sentido de tocar en las
condiciones que algunos de sus amigos le advirtieron antes de viajar. Cuántos años había estado sin tocar en su
país? Conocía perfectamente la respuesta, había sacado la cuenta de distintas
maneras y siempre daba el mismo resultado: los suficientes como para haber
escapado de la insólita lista de vejaciones que fue recolectando entre cervezas
a la salida de los ensayos de la última semana.
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